martes, 26 de enero de 2016

Llévate.

Te vas de mi lado, te marchas sin decir adiós; quizá temas despedirte y volver.
Pero no; no volverás, lo veo en tu mirada.
¡Hazlo! ¡Vete lejos!
Hazlo; pero llévate contigo mis ojos, estos que no pueden ver nada más allá de ti.
Llévate contigo mis labios, que morirán machitos sin tus besos.
Llévate contigo mis brazos, que sentirán el vacío al querer abrazarte.
Llévate contigo aquél perfume que te regalé, sé que extrañará el aroma de tu cuerpo.
Llévate contigo mis sabanas, sentirán tu ausencia en las noches de desvelo.
Llévate contigo mi alma, pues no la quiero prisionera en este cuerpo; anda, tómala, es tuya, siempre lo ha sido; o al menos desde que te conocí. Porque ¿Qué es mi alma sin ti?, nada más que 21 gramos de pena.

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