Adiós.
Hoy nuestras almas se separan, se alejan sin ni siquiera ellas saber porque lo hacen, se pierden entre las sombras de nuestro ser, se hunden en nuestra parte más recóndita; sin esperanza de volver a encontrarse, sin esperanza de volver a sonreír, sin la esperanza de volver a conocer la verdadera alegría.
Un ave sin alas que no vuela, un bolígrafo sin tinta que no escribe, un poeta sin inspiración que no vive.
Mi espíritu muere de frío ante tu calor ausente, tus recuerdos no se salen de mi mente, y de mi razón que resiente tu partida, que ha dejado a mi corazón inerte.
La superficie de tus labios jamás volveré a pisar, el brillo de tus ojos, mi existir ya no al umbrará jamás, tu calma mi inquietud no volverá a apaciguar.
Dolerá demasiado, más de lo que ahora duele, me seguirá mi pasado, pero jamás dejaré que a mí llegue.